En la semana 39 del embarazo, el parto está muy cerca. Debes estar atenta a las señales que lo anuncian: perder sangre roja brillante, tener contracciones regulares e intensas que no pararán aunque cambies de postura, entre otros malestares.
Si "rompes aguas", ve al hospital, llama a tu médico y prepara todo para tener el parto que hayas planeado.