¿Puedo comer carne roja estando embarazada?

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Una gran duda que nos surge cuando nos quedamos embarazadas es si podremos seguir comiendo los mismos alimentos que siempre, en qué cantidad y si debemos incorporar otros nuevos a nuestra dieta.

Hoy queremos hablarte concretamente de la carne roja. Si eres una amante de este tipo de carne estás de suerte, ya que puedes incluirla en tu dieta. Y aunque su consumo no es imprescindible, sus propiedades y nutrientes son muy beneficiosos para las mujeres que se encuentran en estado de gestación. Pero debemos saber cómo cocinar adecuadamente la carne roja para que su consumo no entrañe un riesgo para nosotras en esta etapa tan maravillosa de nuestras vidas.

En primer lugar vamos a ver cuáles son los beneficios que obtenemos al consumir carne roja:


  • Durante la gestación el consumo de hierro es muy importante para nuestra salud, y esto se debe a que juega un papel fundamental en el transporte del oxígeno en la sangre. Cuando somos madres, nuestro sistema circulatorio debe transportar tanto el oxígeno para nosotros como el que debe recibir nuestro bebé, y sin la cantidad de hierro adecuada este incremento en el transporte de oxígeno no sería posible. La carne roja puede ayudarte a conseguirlo. En este sentido, en el caso de que comas fuera de casa o tengas pensado hacer una escapada, acuérdate de pedir en el local en cuestión que te la sirvan muy hecha.
  • Para que tu pequeño pueda desarrollarse adecuadamente semana a semana durante el embarazo, tu cuerpo va experimentar cambios notables que necesitarán de las proteínas para completarse. Un déficit proteínico en esta etapa puede conllevar fatiga muscular, infecciones frecuentes o pérdida de peso, y esto es justamente lo último que necesitas. Consumir carne roja te permitirá obtener los niveles de proteína que necesitas.
  • Para evitar problemas durante el parto es esencial recibir el aporte adecuado de zinc, entre otras medidas. En caso contrario, el desarrollo del feto puede correr peligro en unos casos y provocar un parto prematuro en otros, además de infecciones intrauterinas que pueden afectar tanto a la madre como al bebé. Una vez más, el consumo de carnes rojas como las de vacuno contribuye a que tu cuerpo reciba la cantidad de zinc necesaria para que todo salga bien.

En segundo lugar, para evitar posibles problemas al cocinar la carne debes hacerlo a la temperatura adecuada durante el tiempo necesario, para eliminar el riesgo de contraer enfermedades ocasionadas por el consumo de carne cruda.

Esto es especialmente importante en el caso de las mujeres embarazadas, ya que su organismo es más delicado en esta etapa y las enfermedades pueden afectar también al feto. Por ello, cocina la carne roja a 65 grados centígrados hasta que el interior pierda su característico color rojo. Si se trata de carne de cerdo, debes tomar aún más precauciones y cocinarla a 72 grados hasta que no quede ni rastro de su color rosado inicial en el interior del filete.

En resumen, puedes seguir consumiendo carne roja, vigilando muy bien su cocción y comiendo la cantidad que tu cuerpo te pida, ni más ni menos. Nuestro consejo final es que acudas a tu médico nutricionista para que te elabore la mejor dieta personalizada para este momento en el que te encuentras, teniendo en cuenta tus necesidades nutricionales y tus características concretas.