¿Cómo prevenir y tratar las hemorroides durante el embarazo?

Cómo prevenir las hemorroides en el embarazoSyda Productions || Shutterstock

Especialmente en el último trimestre del embarazo y también en las semanas posteriores al parto, la aparición de hemorroides es algo bastante común. En principio no se trata de un problema grave, pero las hemorroides pueden llegar a ser realmente molestas y dolorosas, por lo que conviene conocer ciertas medidas para prevenir su aparición y algunas soluciones si ya son una realidad.

Pese a su “mala fama”, las hemorroides son un elemento más de nuestro organismo y forman parte de nuestro sistema anorrectal. Se trata de pequeñas formaciones de tejido muscular y elástico en el que se entremezclan venas y arterias. Cumplen una función fisiológica importante, contribuyendo a la retención/expulsión de las sustancias de desecho. Por distintas circunstancias, pueden verse alteradas, inflamándose y provocando sensaciones de dolor y/o picazón en esta zona tan sensible. Es entonces cuando se convierten en un problema a tratar.

No todas las mujeres embarazadas sufren hemorroides, pero es algo bastante común, precisamente porque el aumento del tamaño (y del peso) del útero puede provocar una presión excesiva en el sistema vascular del área cercana dificultando y ralentizando la circulación sanguínea, algo que favorece la aparición de las temidas hemorroides.

Causas y síntomas de las hemorroides

Los expertos coinciden en que no existe un único origen para esta disfunción más común de lo que creemos. Las hemorroides se inflaman y resultan molestas en exceso generalmente cuando se dan varias circunstancias:

  • Desequilibrio alimenticio, especialmente en lo referente a una deficiente ingesta de fibra soluble e insoluble.

  • Vida sedentaria. Demasiadas horas sentados/as, sin hacer ejercicio físico.
  • Un esfuerzo que altere el estado normal de las hemorroides o incluso provoque la micro rotura de alguna pequeña vena que forme parte de su tejido (de ahí que se hable de hemorroides provocadas por el trabajo de parto).
  • El estreñimiento. Es una de las causas más habituales de este problema y no hay que olvidar que son muchas las mujeres que padecen estreñimiento durante el embarazo y en los días posteriores a dar a luz.
  • Otras variables como por ejemplo la obesidad, enfermedades relacionadas con el sistema gastrointestinal (diarreas frecuentes), abuso de laxantes…

Los síntomas de hemorroides más frecuentes suelen ser picor, escozor e incluso dolor intenso tanto en la zona externa del ano como en la interna, dependiendo del área afectada. Todo ello sin descartar la posibilidad de sangrado.

Cómo prevenir y tratar las hemorroides

Es cierto que existe un componente genético que puede suponer cierta predisposición a padecer hemorroides, pero en la mayoría de los casos mantener hábitos saludables es la mejor manera de evitar que se conviertan en un problema. Una dieta variada y equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y hortalizas, unida a algo de ejercicio, siempre adaptado a la condición física de cada una, es suficiente para que las hemorroides no cobren protagonismo. Por supuesto, estas dos premisas, dieta + ejercicio moderado, son perfectamente aplicables en el caso de mujeres embarazadas que no estén dispuestas a padecer molestas hemorroides antes o después de dar a luz.

Suprimir en lo posible las comidas excesivamente picantes, eliminar (o reducir) la ingesta de bebidas alcohólicas y no caer en el mal hábito del tabaco son también buenos consejos para evitar esta dolencia, e imprescindibles además para nosotras, que estamos cuidándonos semana a semana en nuestro embarazo.

¿Y qué hacer si ya las hemorroides molestan y duelen?

En ocasiones, las medidas preventivas no son suficientes y es necesario buscar soluciones inmediatas. Actualmente existen remedios para las hemorroides rápidos y definitivos, como el método THD, una solución quirúrgica, mínimamente invasiva, que elimina el problema con cirugía ambulatoria sin producir ninguna alteración en la anatomía de la zona tratada. Si pasado un tiempo prudencial tras el parto (varios meses), las hemorroides siguen sin recuperar su tamaño y características fisiológicas habituales, puede que ya no se trate de un episodio relativamente normal de inflamación pasajera, sino de una enfermedad hemorroidal que debe ser convenientemente tratada.